¿Tener escolta te proteje? En Venezuela cada vez es más común la presencia de escoltas armados para la custodia de empresarios privados, deportistas, comerciantes y sus familiares. Desde el año 2004 para acá ha sido un crecimiento constante y acelerado la necesidad de los mismos.
Ex militares, ex policías, tiradores deportivos, civiles armados y sin ninguna capacitación y muchísimos policías activos (es ilegal pero que les puedo decir) Conforman al grupo de escoltas actuales de nuestro país.
Pero este artículo genera una pregunta inicial: ¿Tener escoltas te protege? La respuesta inequívoca es NO!
En algún momento de nuestra historia moderna la presencia de una persona armada generaba temor y cierto respeto, saber que ese hombre que estaba ahí de pie tenía un arma de fuego con él, así no se pudiese ver, infundía algo de miedo pero lamentablemente eso rápidamente evolucionó y llevar un arma de fuego en la cintura se convirtió en un gran riesgo para muchos. A medida que la crisis económica arropaba nuestro país por allá por el año 2010, el homicidio de funcionarios policiales y de escoltas civiles era tan común como comer arepa con queso y mantequilla.
Un arma de fuego ilegal costaba en las calles mínimo $2000 y los delincuentes los pagaban sin dudarlo. Decenas de videos circulaban por la mensajería de ese entonces donde se veía como los delincuentes iban cada vez más allá en su afán por apoderarse de armas de fuego.
“Recuerdo claramente el video de un motorizado de la policía de Aragua que estaba frente al mostrador de una conocida panadería en el sector de San Jacinto y se ve como entra un joven con gorra y cara descubierta, le dispara por la parte de atrás de la cabeza al funcionario policial, este cae muerto y el delincuente con mucha tranquilidad se agachó a quitarle el arma de la funda para luego salir caminando como si nada hubiese pasado”
. Casos como ese hubo muchos en nuestro país, lamentablemente no existen cifras oficiales sobre las cuales hacer un estudio y poder trabajar sobre ello en materia de prevención.
Pero ustedes se preguntarán
Pues pondré un pequeño ejemplo, imagínate contratar un chofer que está aprendiendo a manejar y le pides que te lleve a la colonia Tovar o a Choroni el primer día de trabajo. Las posibilidades de que todo termine en un desastre son infinitas.
Los funcionarios policiales tienen muchísima perspicacia que han ganado en el trabajo de calle día tras día pero no tienen la menor idea en materia de prevención que es la base sobre la que se sostiene un grupo serio de seguridad privada.
Los ex militares son muy pocos los que tienen la capacidad de proteger a terceros. Las unidades donde se entrenan los escoltas militares son contadas con los dedos de una mano y te sobrarán muchos dedos. Normalmente los ex militares que luego se dedican a escoltas vienen de tareas administrativas donde quizás nunca tuvieron capacitación operativa alguna.
Existe una falsa y errada idea de que si sabes disparar eres el escolta perfecto. Gracias a esta creencia tan popular tantos “escoltas” han cometido errores garrafales. Cuando una persona se hace dependiente de un arma de fuego piensa que todo conflicto a de resolverse a tiros y más en Latinoamérica donde la anarquía es la reina de todos los males. En este punto anexaré a algunos tiradores deportivos que luego entran al mundo de la seguridad ejecutiva solo porque ellos “saben disparar”. Hacer un estudio de seguridad de las rutas frecuentes, de la casa, de la oficina del protegido; capacitarse en manejo del conflicto, negociación, manejo del estrés; capacitarse muy seriamente en manejo defensivo y en primeros auxilios entre tantas otras cosas son temas que la mayoría de estos escoltas actuales no tienen la más mínima idea de su importancia simplemente porque aún nada les ha pasado, hasta que les pase.
Para que tengan una mejor idea de lo que hablo, “hace algunos años un escolta regresaba de Caracas por la autopista regional del centro con su protegido hacia Maracay y un clavo les espichó una rueda de la camioneta 4Runner donde circulaban, ninguno de los dos tenía idea de cómo bajar el repuesto para poder sustituir el caucho espichado y se dieron cuenta de esto después de que habían pasado al menos 30 minutos desmontando el caucho espichado”. Ejemplos tan sencillos como este demuestran la incapacidad de muchos en este sector tan ignorado, ojo, ignorado por la persona que paga el servicio que son los principales engañados en todo esto.
En 20 años involucrado directamente en el sector de la seguridad ejecutiva he visto de todo: civiles que se crean un pasado ficticio para justificar sus “conocimientos” en la materia, ex policías con bajas deshonrosas (secuestro, robo, etc.), personas escoltando con armas de juguete porque no tienen una real, incluso supe de uno que fue enviado por una empresa de seguridad a escoltar un empresario que iba a sacar una suma grande de dinero a una banco y como no tenía arma de fuego le dieron una grapadora. Todo esto parecerá un chiste de mal gusto pero usted que contrata el servicio de seguridad nunca se dará cuenta de ello y los que han hecho este tipo de cosas seguramente conocerán casos más graves.
Si navegan por internet, por YouTube específicamente, podrán ver videos de cómo abofetean, escupen, golpean, apuñalan, o le disparan a personas que en ese mismo instante tienen a un equipo de seguridad capacitado y muy bien pagado.
Bill Gates, uno de los hombres más ricos del mundo, que invierte millones de dólares anuales en su seguridad personal no pudo evitar que en una conferencia en Bélgica le pegaran no uno, sino tres pasteles en la cara sin que sus escoltas pudiesen evitarlo. Por suerte para él solo eran pasteles de crema y no un arma de fuego.
Cuando vas a contratar un escolta para ti o para tu familia deberías someterlo a pruebas de capacidades muy serias: manejo, primeros auxilios, planificación en base a la prevención. Conversa con él y que te explique cómo afrontaría alguna situación de estrés como una discusión de tránsito y si tienes la posibilidad llévalo a un polígono y que te muestre sus habilidades con el arma de fuego.
No te confíes en el papel ni en las recomendaciones. Eres tú quien pagará y es a ti o a tu familia a quien esa persona protegerá y debes estar lo más seguro posible de que pagas a alguien que medianamente sabe hacer su trabajo.
Por otro lado, si el día de la entrevista esa persona llega vestida de 5.11 (ropa táctica) de pie a cabeza, descártalo. Si llega con el bolso de medio lado o bandolera y en ella lleva su arma, descártalo.
Si su actitud es retadora o pretende intimidar a las personas con su presencia, descártalo. Si en medio de la entrevista te habla de a cuantos ha matado, descártalo. Ese perfil de escoltas probablemente sirvan para personalidades públicas pero por experiencia puedo asegurar que son más los problemas que ocasionan que los que resuelven.
La sociedad actual es muy violenta y así como la seguridad evoluciona en pro del bien común la delincuencia también lo hace. Cada vez es más difícil detectar a un grupo delictivo que trabaja junto, se saben camuflar y adaptarse a los entornos. Da igual si están en el centro de la ciudad a pie, en un colegio privado o en el restaurante de un hotel cinco estrellas. Los delincuentes adaptan sus perfiles a esos lugares y podemos tenerlos a los lados sin lograr detectarlos. Mientras que los escoltas la mayoría de las veces están ahí, totalmente identificados: Se visten distinto al protegido, casi no hablan con el, está más pendiente de que orden le dan que de su entorno. Todo esto asumiendo que no ande vestido con la típica ropa 5.11 y que aún no lo hayan identificado como tal.
Mi recomendación es simple: si tiene un grupo de seguridad invierta en su capacitación. Amolde la personalidad de ese individuo a sus necesidades. Determine usted mismo si esa persona le rinde soluciones o no. No permita que le metan gato por libre en este tema, es su familia y su integridad la que están en juego.
Jose Daniel Lugo
Director de G5srguridadprivada